No hay argumentos para crear dogmatismos,
ni palabras intangibles a huecas miradas.
Lo incontrolable,
es el fruto prohibido que alimenta
la piel de podridos gobiernos.
Los que nacieron entre hormigones y
tejieron su vida buscando pan
y solo encontraron ostias
se ríen a carcajadas
de nuevos poetas que
solo creen en el mundo
como un modo de evasión
y en el dinero como
fuente ganancial de la felicidad.
Incauto, hipócrita
que balbucea
con los labios caídos
y la cara impregnada de vergüenza,
Pero
no se atreve a mirar
y bucear en el barro
ni en los suburbios.
Vaticino malos tiempos
para aquellos que se hacen
llamar trovadores
con la mano metida en el bolsillo.
Se pisaran el cuello
y morirán ahogados
en su propia sombra,
lecho de estiércol y mierda
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