martes, 2 de junio de 2009

¿Morir o Vencer? Hasta la victoria siempre.

Hoy no publicaré ninguna de mis poesías ni tan poco una de mis historias sino que me limitaré a contar una historia que leí navegando por internet y realmente me emocionó, así que me gustaría compartirla.
Corría el año 1942, Kiev (Ucrania) estaba totalmente invadida por el imperio nazi y su equipo más importante (Dinamo de Kiev) había sido desintegrado.
Un día, un panadero alemán de bastante éxito residente en la capital ucraniana y ferviente seguidor del Dinamo vio por la calle, mugriento, lleno de harapos y malviviendo al que había sido portero de ese gran club. Lo acogió en su panadería, le dio trabajo y le propuso la idea de volver a formar el equipo que el subvencionaría. El portero empezó la ardua búsqueda de todos sus compañeros y conforme los encontraba los reclutaba en la panadería.
Empezaron a jugar y a ganar, llegaron las primeras victorias y los primeros éxitos. La repercusión fue tal que se hicieron eco de la noticia los máximos exponentes del régimen nazi y decidieron crear un fuerte equipo para enfrentarse a ellos. El Dinamo de Kiev les ganó con total claridad y Hitler montó en cólera pues era imposible que unos soviéticos pudieran ganar a once hombres fuertes de raza aria. Indignado los condenó a muerte pero antes deberían jugar otro partido, este sería mucho más importante: contra una selección formada por los mejores jugadores de la Alemania nazi.
Llegó el día, ninguno de los jugadores tenía miedo, a nadie le temblaban las piernas. Se jugaban la vida pero también algo más importante: el honor. El árbitro entró en el vestuario y les avisó: “Debéis salir con el brazo derecho en alto al grito de Hail Hitler”.
Como era previsible, ninguno hizo esto sino que cogieron su mano, la pusieron en su corazón y empezaron a tararear cánticos de tradición soviética. Empezaron perdiendo el partido pero al descanso ya iban ganando. Aquí recibieron amenazas de nuevo pero ellos lo tenían claro: Jamás se dejarían perder, serian los primeros mártires de la historia del futbol, al fin y al cabo serian héroes que ante todo habrían luchado por defender sus principios.
Ganaron el partido y a la salida del estadio fueron capturados, torturados y matados. Quedaron dos supervivientes de aquel equipo.
A día de hoy, se les rinde homenaje con una gran estatua a modo de mausoleo en el estadio del Dinamo de Kiev. Todas las personas que conservan una entrada de aquel día, tienen permitida la entrada al estadio gratuitamente de por vida.

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