Las calles de Chaouen llevan tu perfume,
que se esfuma en aquella nube azul.
Allí donde se reflejaba la retina
donde una vez se dibujo el mundo,
aquel paraíso insoslayable
al remilgo de tus ojos,
que hoy vuelan cansados
y mi miopía los pierde de vista.
Un abismo que consume las aceras
por las que siento tus andares
ya lejanos, inertes .
Una mañana aliñada
entre el humo del hash,
entre el hueco en mis pulmones,
entre el vacio de mis últimos versos,
entre las bisagras de los labios,
entre las palabras que nunca dije,
entre socavados te quieros,
entre tu y yo.
A mi corazón solo le quedan
remiendos.
Y a mi,
decirte que:
La respuesta al enigma del amor
se podía entre leer
bajo las líneas de tus manos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario