Persigo las huellas
que van dejando tus sandalias.
Peleo contra el viento,
pero viajan libres
por caminos inexplorados.
¿Y si fueras descalza
y desnudaras tu alma?
Quiero que tu cuerpo
sea un billete de ida,
un sendero a ninguna parte
una playa donde escasee la cordura.
Permíteme invitarte a
un mundo de dos
donde no se si cabes tu,
donde no se si quepo yo,
donde ni siquiera se
si existe el amor.
martes, 30 de junio de 2009
sábado, 27 de junio de 2009
Zapatos viejos
Tu cuerpo es un arma de destrucción masiva,
me mata,
envejece mis días,
agitados por una resaca
que lleva por origen tu nombre.
El alcohol es la salvación
de cuerpos hendidos,
un vicio caro
para los amantes de la luna.
Ahora que el carmín de tus pintalabios
arañará las pieles de otros cuerpos
meto el mundo
-a presión- en un par de
zapatos viejos.
Al fin se apagó el semáforo en ámbar
que era esta pelea a la contra,
este mar intermitente
que en la vida- a ratos-
compone los días.
me mata,
envejece mis días,
agitados por una resaca
que lleva por origen tu nombre.
El alcohol es la salvación
de cuerpos hendidos,
un vicio caro
para los amantes de la luna.
Ahora que el carmín de tus pintalabios
arañará las pieles de otros cuerpos
meto el mundo
-a presión- en un par de
zapatos viejos.
Al fin se apagó el semáforo en ámbar
que era esta pelea a la contra,
este mar intermitente
que en la vida- a ratos-
compone los días.
miércoles, 10 de junio de 2009
Enigma
Las calles de Chaouen llevan tu perfume,
que se esfuma en aquella nube azul.
Allí donde se reflejaba la retina
donde una vez se dibujo el mundo,
aquel paraíso insoslayable
al remilgo de tus ojos,
que hoy vuelan cansados
y mi miopía los pierde de vista.
Un abismo que consume las aceras
por las que siento tus andares
ya lejanos, inertes .
Una mañana aliñada
entre el humo del hash,
entre el hueco en mis pulmones,
entre el vacio de mis últimos versos,
entre las bisagras de los labios,
entre las palabras que nunca dije,
entre socavados te quieros,
entre tu y yo.
A mi corazón solo le quedan
remiendos.
Y a mi,
decirte que:
La respuesta al enigma del amor
se podía entre leer
bajo las líneas de tus manos.
que se esfuma en aquella nube azul.
Allí donde se reflejaba la retina
donde una vez se dibujo el mundo,
aquel paraíso insoslayable
al remilgo de tus ojos,
que hoy vuelan cansados
y mi miopía los pierde de vista.
Un abismo que consume las aceras
por las que siento tus andares
ya lejanos, inertes .
Una mañana aliñada
entre el humo del hash,
entre el hueco en mis pulmones,
entre el vacio de mis últimos versos,
entre las bisagras de los labios,
entre las palabras que nunca dije,
entre socavados te quieros,
entre tu y yo.
A mi corazón solo le quedan
remiendos.
Y a mi,
decirte que:
La respuesta al enigma del amor
se podía entre leer
bajo las líneas de tus manos.
martes, 9 de junio de 2009
Los mejores amantes
Cariño, despójate de la ropa.
Volemos juntos entre las sabanas.
Sé que no soy el mejor amante
pero,
déjame intentarlo,
déjame ser yo por un momento,
y– si quieres- déjame rozar tu piel.
Recorrer los acordes
cotidianos
de tu cuerpo.
Ya oigo la música,
íntima alegre y sensual.
Que bella estas amor
y que jodida es la soledad.
No llores,
mira para otro lado.
Sé que al alba
volverá a ser lunes,
sé que la rutina
nos acabará devorando.
Retornarán los vicios,
el lorazepam al pie de la cama
y la vida otra vez,
malgastada en juegos caros.
Pero por favor,
brinda con la luna
que- creo- cura -a ratos-
el caminar de los segundos,
las injusticias sociales,
los amores indomables
y el adiós de las mañanas
Cuando queda fría
esta cama de hotel:
Deshecha sin tu mirada,
arrugada de amor.
Pues vivimos ante
una soga que nos ahoga
en pasión
y nos aprieta tanto
que nuestras cuerdas vocales
nunca pronunciarán te quiero.
Aun así,
cuando te marchas,
la escarcha recubre mi cuerpo,
llego a casa
y vuelvo a no ser yo,
esperando que sea de nuevo
fin de semana.
Volemos juntos entre las sabanas.
Sé que no soy el mejor amante
pero,
déjame intentarlo,
déjame ser yo por un momento,
y– si quieres- déjame rozar tu piel.
Recorrer los acordes
cotidianos
de tu cuerpo.
Ya oigo la música,
íntima alegre y sensual.
Que bella estas amor
y que jodida es la soledad.
No llores,
mira para otro lado.
Sé que al alba
volverá a ser lunes,
sé que la rutina
nos acabará devorando.
Retornarán los vicios,
el lorazepam al pie de la cama
y la vida otra vez,
malgastada en juegos caros.
Pero por favor,
brinda con la luna
que- creo- cura -a ratos-
el caminar de los segundos,
las injusticias sociales,
los amores indomables
y el adiós de las mañanas
Cuando queda fría
esta cama de hotel:
Deshecha sin tu mirada,
arrugada de amor.
Pues vivimos ante
una soga que nos ahoga
en pasión
y nos aprieta tanto
que nuestras cuerdas vocales
nunca pronunciarán te quiero.
Aun así,
cuando te marchas,
la escarcha recubre mi cuerpo,
llego a casa
y vuelvo a no ser yo,
esperando que sea de nuevo
fin de semana.
viernes, 5 de junio de 2009
Si el hombre pudiera decir
A Luis Cernuda
Si el hombre pudiera decir lo que piensa
sería libre,
como el revoloteo de los pájaros en primavera
o un ser humano en otro mundo,
sin cadenas.
Si el hombre saliera del cajón oscuro de las apariencias
diría la verdad.
No escondería la lengua cuando hay que tender la mano
ni cerraría los ojos ante el dolor ajeno.
Si el hombre tuviera las manos sucias
no tendríamos un mundo de mierda.
Si ante la adversidad no se lavara las manos,
si ante la cobardia venciera lo valiente,
si el hombre fuera hombre
puede que creyera en Dios
pero ya no existiría,
porque cuando el hombre sea hombre,
la especie se habrá extinguido.
Si el hombre pudiera decir lo que piensa
sería libre,
como el revoloteo de los pájaros en primavera
o un ser humano en otro mundo,
sin cadenas.
Si el hombre saliera del cajón oscuro de las apariencias
diría la verdad.
No escondería la lengua cuando hay que tender la mano
ni cerraría los ojos ante el dolor ajeno.
Si el hombre tuviera las manos sucias
no tendríamos un mundo de mierda.
Si ante la adversidad no se lavara las manos,
si ante la cobardia venciera lo valiente,
si el hombre fuera hombre
puede que creyera en Dios
pero ya no existiría,
porque cuando el hombre sea hombre,
la especie se habrá extinguido.
miércoles, 3 de junio de 2009
¿Poqué te alejas primavera, de aquí?
Cae la lluvia
y los coches conducen tristeza.
Presiento que la noche
será el enigma secreto
que se oculta entre tus labios.
Vuelan pájaros, si
pero se marchan.
Huyen de la tormenta
a la que se enfrenta tu piel,
que ya no es tersa
La rozo y es áspera,
como los silencios
Incómodos en la cama,
que antes eran de pasión.
No compartimos ya el sudor
y –lentamente- ,la vida
nos mira con cara amarga,
nos dice adiós con esa insólita mirada.
Los coches seguirán su camino,
haciendo ruido,
llegarán a su destino.
La lluvia seguirá cayendo
y sus lagrimas se aferrarán al suelo.
El sol terminara ocultándose
entre las pálidas montañas.
Todo tiene un destino,
un final, una meta,
y el nuestro,
crece por caminos dispares.
y los coches conducen tristeza.
Presiento que la noche
será el enigma secreto
que se oculta entre tus labios.
Vuelan pájaros, si
pero se marchan.
Huyen de la tormenta
a la que se enfrenta tu piel,
que ya no es tersa
La rozo y es áspera,
como los silencios
Incómodos en la cama,
que antes eran de pasión.
No compartimos ya el sudor
y –lentamente- ,la vida
nos mira con cara amarga,
nos dice adiós con esa insólita mirada.
Los coches seguirán su camino,
haciendo ruido,
llegarán a su destino.
La lluvia seguirá cayendo
y sus lagrimas se aferrarán al suelo.
El sol terminara ocultándose
entre las pálidas montañas.
Todo tiene un destino,
un final, una meta,
y el nuestro,
crece por caminos dispares.
martes, 2 de junio de 2009
¿Morir o Vencer? Hasta la victoria siempre.
Hoy no publicaré ninguna de mis poesías ni tan poco una de mis historias sino que me limitaré a contar una historia que leí navegando por internet y realmente me emocionó, así que me gustaría compartirla.
Corría el año 1942, Kiev (Ucrania) estaba totalmente invadida por el imperio nazi y su equipo más importante (Dinamo de Kiev) había sido desintegrado.
Un día, un panadero alemán de bastante éxito residente en la capital ucraniana y ferviente seguidor del Dinamo vio por la calle, mugriento, lleno de harapos y malviviendo al que había sido portero de ese gran club. Lo acogió en su panadería, le dio trabajo y le propuso la idea de volver a formar el equipo que el subvencionaría. El portero empezó la ardua búsqueda de todos sus compañeros y conforme los encontraba los reclutaba en la panadería.
Empezaron a jugar y a ganar, llegaron las primeras victorias y los primeros éxitos. La repercusión fue tal que se hicieron eco de la noticia los máximos exponentes del régimen nazi y decidieron crear un fuerte equipo para enfrentarse a ellos. El Dinamo de Kiev les ganó con total claridad y Hitler montó en cólera pues era imposible que unos soviéticos pudieran ganar a once hombres fuertes de raza aria. Indignado los condenó a muerte pero antes deberían jugar otro partido, este sería mucho más importante: contra una selección formada por los mejores jugadores de la Alemania nazi.
Llegó el día, ninguno de los jugadores tenía miedo, a nadie le temblaban las piernas. Se jugaban la vida pero también algo más importante: el honor. El árbitro entró en el vestuario y les avisó: “Debéis salir con el brazo derecho en alto al grito de Hail Hitler”.
Como era previsible, ninguno hizo esto sino que cogieron su mano, la pusieron en su corazón y empezaron a tararear cánticos de tradición soviética. Empezaron perdiendo el partido pero al descanso ya iban ganando. Aquí recibieron amenazas de nuevo pero ellos lo tenían claro: Jamás se dejarían perder, serian los primeros mártires de la historia del futbol, al fin y al cabo serian héroes que ante todo habrían luchado por defender sus principios.
Ganaron el partido y a la salida del estadio fueron capturados, torturados y matados. Quedaron dos supervivientes de aquel equipo.
A día de hoy, se les rinde homenaje con una gran estatua a modo de mausoleo en el estadio del Dinamo de Kiev. Todas las personas que conservan una entrada de aquel día, tienen permitida la entrada al estadio gratuitamente de por vida.
Corría el año 1942, Kiev (Ucrania) estaba totalmente invadida por el imperio nazi y su equipo más importante (Dinamo de Kiev) había sido desintegrado.
Un día, un panadero alemán de bastante éxito residente en la capital ucraniana y ferviente seguidor del Dinamo vio por la calle, mugriento, lleno de harapos y malviviendo al que había sido portero de ese gran club. Lo acogió en su panadería, le dio trabajo y le propuso la idea de volver a formar el equipo que el subvencionaría. El portero empezó la ardua búsqueda de todos sus compañeros y conforme los encontraba los reclutaba en la panadería.
Empezaron a jugar y a ganar, llegaron las primeras victorias y los primeros éxitos. La repercusión fue tal que se hicieron eco de la noticia los máximos exponentes del régimen nazi y decidieron crear un fuerte equipo para enfrentarse a ellos. El Dinamo de Kiev les ganó con total claridad y Hitler montó en cólera pues era imposible que unos soviéticos pudieran ganar a once hombres fuertes de raza aria. Indignado los condenó a muerte pero antes deberían jugar otro partido, este sería mucho más importante: contra una selección formada por los mejores jugadores de la Alemania nazi.
Llegó el día, ninguno de los jugadores tenía miedo, a nadie le temblaban las piernas. Se jugaban la vida pero también algo más importante: el honor. El árbitro entró en el vestuario y les avisó: “Debéis salir con el brazo derecho en alto al grito de Hail Hitler”.
Como era previsible, ninguno hizo esto sino que cogieron su mano, la pusieron en su corazón y empezaron a tararear cánticos de tradición soviética. Empezaron perdiendo el partido pero al descanso ya iban ganando. Aquí recibieron amenazas de nuevo pero ellos lo tenían claro: Jamás se dejarían perder, serian los primeros mártires de la historia del futbol, al fin y al cabo serian héroes que ante todo habrían luchado por defender sus principios.
Ganaron el partido y a la salida del estadio fueron capturados, torturados y matados. Quedaron dos supervivientes de aquel equipo.
A día de hoy, se les rinde homenaje con una gran estatua a modo de mausoleo en el estadio del Dinamo de Kiev. Todas las personas que conservan una entrada de aquel día, tienen permitida la entrada al estadio gratuitamente de por vida.
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