jueves, 17 de junio de 2010

Canción de Domingo

Abatido, llego tarde a casa

con el peso de la noche a cuestas

y hasta las palabras se ponen en mi contra.


La luna me da la espalda,

mientras los amantes

ávidos de encontrar un refugio

buscan la magia clandestina

escondida entre las ventanas

de una habitación de hotel.

Desaliñada,

mi alma divaga noqueada por el alba

y el sol que quema las heridas.


Pierde el Atleti, pero ya no es noticia

y las olas que todo lo mueven esparcen y desordenan

arrastran la resaca de los Lunes.

2 comentarios:

Rufi García Nadal dijo...

blogueando te encontré, ahora, te he añadido a los blogs que sigo dentro de mi blog,Es un honor.Bienvenido a la family.Rufi

P.M. dijo...

Espero que escribas algo más. El que está en Lituania echa de menos tus versos.