De espaldas a la luna
se ve el mundo distinto,
oscuro,
como los cuervos que huyen
ahora que se acerca la primavera.
De espaldas a la luna
la vida parece otra,
quizás como una eterna noche,
teñida de soledad edificada.
De espaldas a la luna
las vistas conducen al abismo,
a la manzana podrida,
que desprende sus cenizas
ardiendo en el infierno.
De espaldas a la luna
pasa su factura el tiempo
y parece que nada es lo que era
y lo que fue ya no es nada,
una última parada,
el fin último del hombre.
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