miércoles, 23 de septiembre de 2009

Aullido(howl)

No quiero flores,
apaguen la luz
cuando mi cuerpo yazca lívido
sobre el papel.

No quiero llantos,
entierren los pañuelos
cuando la tierra me invite
a comer madera.

No quiero cenizas,
dejen al mar viajar en paz
no hay mas marineros en mi barca
que Bukowski y Ginsbert.

De veras,
con un aullido me basta.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Canción de ayer

El otoño también se manifiesta en mi piel.
Se despelleja la cama
desde la que vi
tantos amaneceres entre papeles blancos,
tantas revistas y juegos bajo la sombra
de un edredón de Ikea.

Tantos sueños y libros.
El che, el comunismo, los periódicos
y el ordenador a escondidas.
Tantos recuerdos desdoblados
en la maleta de la vida.

Los madrugones, el colegio, la poesía,
un primer amor, las resacas, mi guitarra.

Mamá no cierres la puerta.
La radio sigue sonando
aunque ya no esté allí.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Tantas veces

Tantas veces el mundo nos ha hecho llorar
que las marchitas flores del invierno
nos producen indiferencia
de camino a casa.

Hoy dormiremos en un hotel,
voy a desvestir la rutina en la 315,
y si quieres pediremos champagne del caro.

Haz lo que quieras, pero recuerda
que las sombras oscuras son efímeras,
y mañana el gallo, subido en la azotea,
nos vendrá a recordar
que nuestros te quieros
yacen ahogados en el mar.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Los Perdedores

Al beber whisky recuerdo
noches desbocadas a la luz de los
arrabales de tus labios
en camas superfluas de amor
y mantas de soledad.

Cariño, apaga la luz.
A oscuras se disimula tu edad,
las arrugas del tiempo
y los estragos de la vida
tatuados en los trasquilones de tu pelo.
Pásame un cigarrillo,
de algo tendremos que morir.
Viendo como el humo se diluye
en el cielo,
como mis pulmones en estado de espera
y tus utópicos sueños,
ya inexistentes.

Siempre nos quedará un buen poema de Bukowski
a la orilla de la luna,
y algunos bares sin hora de cierre,
porque cuando llegue el día
-irremediablemente- volveremos a ser los de siempre,
los perdedores.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Romeo y Julieta

La clandestinidad de los días
en el reloj de tu piel
no cabían en el guion.

Vístete de Julieta improvisada,
que la vida solo escribe
en la dictadura del presente.

Shakespeare se reirá en el baúl de los genios
bendiciendo nuestras caricias.

Quiero ser tu Romeo fingido
que no brinde con amores imposibles,
ni perder el agitar de tu mano desde el balcón
diciendo adiós.

Todo el mundo conoce el final de las tragedias,
pero ayúdame a cambiarlos
sin noches a tientas en mi corazón.

Shakespeare seguirá riendo cínicamente
porque solo él sabe
el final de mis amores.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Eran demasido jóvenes

Se bebían a sorbos muy cortos la vida
para disfrutar más el reflejo de la luna
en el mar.

Se juraban amor eterno,
sin embargo eran demasiado jóvenes
y los besos imprecisos
manchaban el escote de promiscuidad.

Descubrieron el juego de los cuerpos
y creyeron entonces en los cigarrillos de después
-a medias-,
los parques a escondidas,
y las noches sin horas de cierre.
Sin embargo eran demasiado jóvenes
y los abrazos ilusos firmaban
una vida más allá de la muerte.

Eran dos,
dos cuerpos púberes necesitados de vida
y la aprendieron en la cama.
Sin embargo eran demasiado jóvenes
y no conocían el invierno.

Llegó y entonces
cayeron todas las promesas del mañana
talladas en las aceras de la ciudad.

Eran demasiado jóvenes
para entender que no existe
el amor eterno.