¿Cómo decir te quiero?

He roto las baldosas de este mundo de mierda
He dicho no a sumergirme en injusticias sociales
He mezclado drogas y botellas vacías
pero aún no he podido dejar de amarte

He esculpido versos apagados en ambientes humeantes de vida
He luchado contra muros infranqueables de hormigón
He cerrado barres y domido en barras
y aún no he descubierto el modo de abrir mi corazón

He fumado colillas sacadas del vertedero
He desenterrado vidas de profundas cunetas
He salvado a naúfragos hundidos en la miseria
pero aún no he aprendido a decir Te quiero

A esos poetas

Quise romper las barreras de lo políticamente correcto

y solo conseguí esquivar miradas de poetas

que construían su vida con los cimientos de la injusticia

y únicamente recitaban hipocresía.

Poetas que escribían versos en blanco

bañados en papel mojado

que luego quemaban con la colilla de un cigarro

Poetas que vivían pensando

que la mejor de las cualidades es la ignorancia

con la que iban desfragmentando segundo a segundo

el mundo.

Hasta que un día la arena del reloj

dojo basta y dejo de correr

y en ese instante y solo en ese,

el tiempo puso a cada uno en su lugar

Eres pasado, no eres nada.

La fluidez del silencio hizo eco

en la espesura de tus labios

cuando mi amor decidió hipotecar su alma

sumido en la mas porfunda de las pobrezas.

Aquella tarde se jodia el viento

que despeinaba tu melena bañada en desamor

alejandose del esperpento

que era mi vida, sin vivir.

Se rompieron las cadenas

que amarraban con fuerza mi libertad

y se esparció la hipocresia

fundamentada en palabras huecas,

vacias, llenas de tontería

Confesiones de un pequeño cobarde

No creo que la cobardía lleve al éxito, pero dudo que existan las palabras para decirte que no te quiero y que nunca lo he hecho. Te utilicé eligiendote como el antídoto perfecto para olvidar el amor pero has conseguido ser el veneno que acentue mi sentimiento.

Ahora, el amor viaja lejos de donde estoy y desgraciadamente seguirá huyendo hasta que su mancha sea tan imperceptible que consiga olvidarme de él.

Unos versos de desamor

Te escribo estos versos con las manos ebrias de amor

y los dedos impregnados de alquitrán de cuando me fumé la desesperación

porque tu corazón ya no latía y tu mirada era hueca

como la sonrisa de un niño sin juguetes o un rico sin monedas.

Te escribo estos versos para matar el tiempo

y que el tiempo no me mate a mí

que tengo la carne helada y el cuerpo marchito de quererte

y que tu... no me quieras, no me quieras a mi.

Me da igual que te vayas con el Sol o con la luna

pero si las estrellas se emborrachan y no brillan esta noche

que sepas que todo será culpa tuya.

Y si la vida...

Si la vida tiene que ser así, que se pare el mundo, que yo me bajo aquí. En algunas ocasiones me levanto con el pie derecho y pienso que todo puede ser mejor, que los peores tiempos han pasado pero sinceramente cuando toco segundos después el suelo con el pie izquierdo me doy cuenta que el hueco que nos queda para la esperanza es inversamente proporcional al del agujero de la capa de ozono.
Aunque amaneciera antes o la luna no llegara a aparecer en el cielo, seguirían muriendo de hambre o de SIDA en África, aunque aún haya personas que nos intenten convencer que el uso de un preservativo es pecado. Ciertas veces vivo pensando en la utopía, pero no me dejo llevar por la ignorancia, seria absurdo pensar que mañana todas las guerras habrán acabado y todas las calles de este dichoso mundo olerán a flores.
¿El mundo puede cambiar? Es posible, ojala, no pararé de luchar aunque no seré yo quien vea esa metamorfosis y probablemente nadie.